
Noto ese aroma sabroso
Una ola se acerca a la orilla
de una playa que nunca he pisado,
estos pies, estos ojos, mis manos
no han sentido lo que nunca ven,
mas, quisiera coger esa silla
y sentarme al calor de lo humano,
disfrutar de las simples tertulias
al abrigo del anochecer.
Las gaviotas no rondan mi cielo,
tan estrecho como desalmado,
si parece que estoy bronceado,
no es a causa de cremas de aloe,
es la mácula de mi pasado,
es el tizne del desesperado,
es la capa que cubre el pecado,
la vergüenza que viste mi piel.
Me preguntas qué tal mi verano,
a través del cristal te diré,
que en mi celda los días son largos
y por suerte tu mar no se ve.
Aún sueño porque me quedan
ilusiones por cumplir,
nunca me voy a dormir
sin una lista de espera
que mis sueños enumera
del uno al doscientos mil.
No me ayuda ser feliz,
por mucho que lo merezca,
me da vueltas la cabeza
si lo logro conseguir
y no tardo en destruir
una situación perfecta,
convirtiéndola en funesta
sombra de ir y devenir.
No me echéis la culpa a mi,
me han clavado una saeta
que a mis sueños se sujeta
y los deja sin cumplir,
puede que esté por venir
el día en que ya no quiera
salir a buscar quimeras,