Una lágrima cae de mañana,
por mis entrañas resbala pegajosa.
Una lágrima preñada de tristeza
por el tiempo que arrebata los amores
que un día creímos
eran nuestros.
Estoy rota…
sin consuelo…
esperando que el día pase pronto
y la noche me libere
de este anhelo
con un sueño reparador y nuevo,
sabiendo que él está allí adonde quiere
y que yo sigo aquí
esperándolo siempre
hasta que la vida me borre de este suelo.