La inspiración no es un don del creativo,
la inspiración es la puerta cerrada,
un folio en blanco, un hueco, una llamada,
el brillo del color que no percibo.
Me siento en el lugar en el que escribo,
espero con paciencia la llegada
de la idea, de la rima deseada,
vendiendo mi alma por un adjetivo.
Y surge una palabra y yo no entiendo
la forma misteriosa en que lo hace,
no soy el dueño de ella ni aún queriendo.
No se, pero este verso creo que nace
de mi ego creador, que está mintiendo,
para que mi locura se disfrace.
Uaaaaaaaaaaaaaaa, esta semana está el nivel de academia. Genial, Fernando. Me recuerdas a Lope de Vega
ResponderEliminarMuy bueno, Fernando, me encanta.
ResponderEliminarBueno, me encanta. recordándome ,Fernando, siempre a los grandes maestros. Me ha encantado.
ResponderEliminarHacía al menos ocho años que no escribía un soneto, llevo diez años dedicándome a los romances en octosílabos, como el gran Lorca y cambiar el registro me ha costado, pero parece que aun quedaban posos a los que agarrarme.
ResponderEliminarQuisera encontrar la inspiración para poder con el soneto.Seguiré los pasos del tuyo para ver si sale algo,pero después de esto, nada se podrá comparar......
ResponderEliminarNo sale bien las primeras diez veces, luego te vas sintiendo más y más cómodo y al final terminas por hablar rimando. Eso me pasó cuando fui a ver Cirano de Berguerac al cine.
ResponderEliminar¿Tienes un pacto con musas y duendes?... O ¿acaso quién te compró el alma por un adjetivo, te regaló unos cuantos?... ¡felicidades!
ResponderEliminarYolanda, llegué a un pacto con las musas, a cambio de no dejar de escribir, ellas me encontrarán cuando yo no las encuentre. Ni un sólo día sin poesía.
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