Es amor un talento no frecuente,
Se confunde unas veces con deseo,
Se convierte en coqueto devaneo,
Y termina la historia burdamente.
No nacemos con dote fehaciente,
Ni sabiendo el valor de un escarceo.
Ignorando el desgaste de un festeo,
sufrimos por amor absurdamente.
Más cuando la vida al final os muestra
La dicha de encontrar amor sincero
disfrutad la felicidad que es vuestra.
No permitáis que el tiempo viejo artero
Os arrebate los días que aún os presta
De gozar de un amor ya duradero.
Vaya, vaya Lucrecia, parece que le estás cogiendo gusto a las construcciones clásicas. El origen de la poesía es apasionante.
ResponderEliminarEn el segundo cuarteto y en el primer terceto tienes varios dodecasílabos.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar¡Y ahora, Fernando?
ResponderEliminarPerfecto, Lu, me sorprende tu facilidad. Ya no te enseño nada más que me machacas. Es precioso.
ResponderEliminarGracias, Fernando, espero que no lo digas en serio.
ResponderEliminarUn diez, maestra
ResponderEliminarMuy real el contenido, me sumo al comentario de Wis
ResponderEliminar