viernes, 9 de septiembre de 2011

Tu mar no se ve.

Una ola se acerca a la orilla

de una playa que nunca he pisado,

estos pies, estos ojos, mis manos

no han sentido lo que nunca ven,

mas, quisiera coger esa silla

y sentarme al calor de lo humano,

disfrutar de las simples tertulias

al abrigo del anochecer.

Las gaviotas no rondan mi cielo,

tan estrecho como desalmado,

si parece que estoy bronceado,

no es a causa de cremas de aloe,

es la mácula de mi pasado,

es el tizne del desesperado,

es la capa que cubre el pecado,

la vergüenza que viste mi piel.

Me preguntas qué tal mi verano,

a través del cristal te diré,

que en mi celda los días son largos

y por suerte tu mar no se ve.

6 comentarios:

  1. Fernando, un tanto triste tu verano, supongo que sólo en la ficción. Saludos.

    ResponderEliminar
  2. Cuando creo que no voy a leer un poema tuyo mejor que el último, llega el siguiente y lo supera. Lo digo convencida: genial. "Es la capa que cubre el pecado, la vergüenza que viste mi piel" versos así no se encuentran todos los días. Gracias, por regalarlos.

    ResponderEliminar
  3. ¡Uf, qué triste!, espero que no te afecte más que para hacer poemas hermosos como este. En algún momento me ha recordado la canción aquella de "Háblame del mar, marinero. Desde mi ventana el mar no se ve..."

    ResponderEliminar
  4. Es mejor no pensar en ello, pero, si están allí es porque muy buenos no son.

    ResponderEliminar