Tu mano, amor mío,
me libra del vértigo,
que me produce esta puta vida.
Tu mano de amante
me exime del miedo,
al horror que acecha tras las esquinas.
¡Agárrame fuerte!
El mundo me aterra:
Catástrofes, guerras, enfermedades, miserias…,
son el pan de cada día.
Y yo tengo tanto miedo…
Tu mano me salva.
¡Agárrame fuerte…!
Tu mano en la noche
y tu cuerpo ardiente
me transportan
a un mundo seguro
hecho de instantes.
Apartando el espanto
De esta cabeza mía.
Lucrecia, me gusta sobre todo por la verdad, nada como la mano del compañero de nuestra vida. sobre todo el último verso.
ResponderEliminarMe gusta la mezcla de conceptos:el mundo real de la calle y nuestro pequeño mundo familiar,personal donde poder sentirse agusto.
ResponderEliminarMe gusta tu dura realidad. Sólo un matiz, quitaría la palabrota, no me gustan nada.
ResponderEliminarLo siento, Wis, pero no puedo quitarla, me sale del alma.
ResponderEliminarMe lleva el ritmo de tus versos, Lu.
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