Nadie me podrá quitar,
el privilegio de esperarte
el dulce placer de soñarte
la magia de recordarte.
Así, a solas, sin nada
En mí vives y mueres
Entre antojos de mis manos,
Te deshago, te construyo
Te odio y te amo, te grito
Te canto y te hablo,
Desapareces y te encuentro
Atado a mí vive tu sueño.
Solo tú puedes salvarme
Ven Ulises,
que de la vida a la muerte
y de mi amor a tu alma,
sabes amor soñado
que por ti mi vida daba.
Ven, Ulises, surcando estas aguas...
ResponderEliminarMaria,que ritmo más bonito le has dado a la poesia,empezando por lo final y llegando al principio:te deshago,te construyo.....Me encanta leerla.
ResponderEliminarPreciosa, nada más
ResponderEliminar