Se oía fluir por la cascada
El cauce del agua enfurecida
Soplaba el viento en su ventana
Y asomaba la luz de cada día.
...Escuchaba susurros de lamentos
Notaba el olor enmascarado
En su árido cuarto respiraba
Una esencia de idea precisada.
Una cara que asomaba un rostro
Perplejo, de belleza reflejada
Unos ojos y un concepto intacto
Entender que todo llega en cada paso.
Una palabra escrita que habla
Un pensamiento que está pensado
Saber que llega la noche con su sombra
Y vuelve la mañana con su canto.
Un camino que cruza y es cruzado
Un palpitar que pasa en un segundo
Un aire vital que está velado
Y unos sueños de sueños inventados.
Un saber de las cosas que sabemos
Un percibir las risas y el lamento
Un continuo aprendizaje de los hechos
Y una equivoca pretensión a lo perfecto.
Un desorden de masas convertidas
Unos pueblos de armonía organizada
Un tugurio en un mundo disfrazado
Y un silencio de unos gritos exaltados.
Un decir de un saber estar
Un estar por haber sabido
Un constante desaliento impredecible
Y una vida de valores aprobados.
No se oía fluir por la cascada
El cauce del agua enfurecida
Ni soplaba el viento en su ventana
Ni asomó la luz de cada día.
No escuchaba susurros de lamentos
Ni notaba el olor enmascarado
En su árido cuarto yacía
Su esencia de idea precisada.
María, me pierdo en tus palabras, quizá es culpa mía que soy demasiado racional.
ResponderEliminarNo te preocupes, siempre he pensado que escribo tanto con el corazón que a veces se me olvida que no todo el mundo puede entender lo que dice. es simplemente una percepción de un momento de soledad, quizás de mi momento de soledad en donde te encuentras a tí misma y te preguntas tantas cosas, sé que no tengo que ser tan rebuscada en mis palabras porque no siempre lograré llegar al receptor. simplemente estos versos quieren dar a entender lo que puede suceder en la más caotica soledad. Una idea de lo que es para mi la soledad.
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