Pasa la vida llorando,
vive en castillos de pena,
mira al mar que le dio tanto
y que tan poco le deja.
Su hijo murió despacio,
fue consumiendo la herencia
convertida en polvo blanco
para envenenar sus venas.
El mar nunca hundió sus barcos,
el mar no rasgó sus velas
y permitió que los fardos
llegaran hasta la arena.
Hace tiempo que hizo un pacto,
para aumentar su riqueza,
debía entregarle a cambio
aquello que más quisiera,
pero, ¿cómo superarlo?,
cuando el mar cobró la deuda,
su corazón en pedazos
se lo llevó la marea.
Bello, profundo, intimo, hermoso, delicado, perfecto... eh Fernando se lo digo a tu poema, que no piensen que " la lola te lleva al huerto" jejeje.
ResponderEliminarAy Lola, Lolita, Lola.
ResponderEliminarFernando, me ha encantado. Hay toda una historia destrás de esos versos. Se podría hacer la versión narrativa. Una historia durísima que ni siquiera el acierto en el uso de las palabras logra suavizar. Dolorosamente perfecto.
ResponderEliminarAinssssssssss, qué tristeza tan bonita. Me gusta su musicalidad.
ResponderEliminarImaginame quitándome un inexistente sombrero de la cabeza en profunda reverencia, ante tu poema. ENHORABUENA.
ResponderEliminarTema triste,poema bello.
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