Voy a explicaros con calma
un asunto, que es el tema
del que hoy nada se habla.
Evitando el gran problema
de adulterar la jornada,
con más paciencia que pena,
buscaré cada palabra
para aclarar el dilema
de lo que haremos mañana.
Cojamos la papeleta
a conciencia y bien doblada,
hallaremos la manera
de, con pericia, ensobrarla,
prosigo, con nuestra lengua
pegaremos las solapas
y con la mano derecha,
con menos fuerza que maña,
asiremos lo que queda
tras la decisión tomada.
Ante una lista siniestra
perderemos tiempo hasta
que nuestro nombre aparezca
y sin prisa, mas, sin pausa,
encontraremos la mesa
donde llevar nuestra carga.
Termino, sólo nos queda
meter nuestras esperanzas
en la urna a la primera
y esperar que sean las hadas
que controlan las quimeras,
las que inclinen la balanza.
Me has hecho reír con tus enseñanzas, jeje. Pero mis esperanzas han caido en picado como la bolsa de Madrid.... Mañana nos acostaremos todos vestidos de azul como en Pitufilandia, y yo estaré muy triste.
ResponderEliminar