Pasa el tiempo sosegado,
avanza a rápido ritmo,
pasa siempre por tu lado,
nunca puedes repetirlo.
Quiere el niño adelantarlo
y probar juegos prohibidos,
que a mayores ha observado
realizar a su capricho.
Sueña el anciano pararlo
y sentarse en el camino
de un viaje que va avanzando,
al que es su último destino.
Ni sabios, reyes o magos,
pócimas, salmos ni ritos,
ofrezcan doncellas, patos,
consiguen cortar el hilo
del que hemos al tiempo atado
y viene a la mano asido.
¡Muy bueno amiga! Me ha encantado y además está cargado de verdades.
ResponderEliminarFelicidades.
Un abrazo.
Muy bello, Dori. Felicidades.
ResponderEliminar